LA EQUINOTERAPIA COMO RECURSO TERAPÉUTICO PARA EL TRATAMIENTO DE PERSONAS CON TRASTORNO MENTAL GRAVE (TMG).

Gracias a todos los que nos habéis apoyado aportando vuestro granito de arena, el pasado 28 de septiembre comenzamos el proyecto de personas con enfermedad mental grave del que se van a beneficiar cinco adultos de la terapia con caballos. Con este proyecto queremos contribuir al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional. El trabajo con el caballo ayuda a simular las situaciones y dificultades a las que se enfrentan en el día a día, y a través de él elaboramos las emociones, los comportamientos y los patrones de conducta que generan relaciones positivas.

 La capacidad de manejar y dirigir al caballo aumenta el sentimiento de autoeficacia y autoestima. Además, se desarrolla la competencia y confianza en uno mismo, que hace que crezca la voluntad de superar obstáculos mientras aumenta el interés por reintegrarse en la comunidad y mejora el funcionamiento psicosocial, de modo que les permite mantenerse en su entorno social en unas condiciones lo más normalizadas e independientes posibles.

¿En qué consiste concretamente el proyecto? Durante tres meses los recibimos cada lunes en el Club Hípico las Palomas, donde realizan dos tipos de actividades: cuidados del caballo (45 minutos) y aprender a montar (otros 45 minutos). Para ello hemos creado dos grupos que pasarán por ambas actividades. La primera actividad consiste en aprender los cuidados del caballo, la equipación del animal, las características del caballo, etc. Para ello, unos días recogen a su caballo en los prados, lo cepillan, limpian los cascos y le ponen las monturas y cabezadas. Otros días tocará quitar la equipación, cepillarlo, ducharlo, etc. Mientras realizan las actividades se les va dando información sobre el caballo como las diferentes partes de su anatomía, las capas, qué alimentación sigue…

La otra actividad consiste en montar a caballo o aprender a dirigirlo desde el suelo. Elegir la primera o la segunda opción depende de cada persona ya que hay quien tiene miedo a montar y prefiere trabajar con el caballo desde el suelo. En esta actividad cada día se propone un tipo de ejercicio diferente encaminado a trabajar la memoria, la concentración, la intuición, la orientación en el espacio, la atención, las emociones, la motricidad, etc. De esta manera logran mejorar su autoestima, el autocontrol, la planificación, la solución de problemas y además aprenden a respetar las normas.

Después de las actividades realizamos una pequeña reunión de valoración en la que vemos las dificultades con las que se han encontrado, y hablamos sobre lo que más les ha gustado, lo que les ha resultado más complicado, cómo se han sentido, resolvemos dudas, etc.

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El resultado es que cada día van aprendiendo algo nuevo además de sentirse más seguros, y eso se nota a la hora de relacionarse con el caballo y con nosotras mismas. No es sencillo, pero precisamente por esa razón lo ven como un reto que cada día les hace más grandes. Y todo esto lo estamos logrando en gran parte gracias a vuestro apoyo. Una vez más, ¡gracias!