La Terapia asistida con caballos
¿Por qué con caballos?
El caballo, único animal de terapia en el que el paciente puede montar, nos ofrece tres principios terapéuticos a nivel motor: la transmisión del calor corporal (facilita la relajación muscular y la estimulación sensorial), la transmisión de impulsos rítmicos (según la cadencia y la amplitud del paso se transmitirán distintos estímulos lo que nos permite regular el tono muscular facilitando la relajación o la activación del mismo) y la transmisión de un patrón de locomoción tridimensional igual al de la marcha humana (el paciente “camina sentado” y este patrón fisiológico con el tiempo se automatiza)
El nexo de unión que se establece entre el terapeuta, el caballo y el usuario favorece la motivación, lo que hace que cualquier tipo de objetivo que persigamos, se consiga sin apenas esfuerzo. Sólo desde la motivación se generan nuevos aprendizajes.
Por otro lado, el caballo es un animal muy receptivo y sensible a las reacciones de las personas y tienen una gran capacidad para interpretar el lenguaje no verbal, lo que le convierte en un recurso muy potente para trabajar la regulación de las emociones y las conductas disruptivas.
Además, si algo diferencia la terapia con caballos, es que se realiza en un entorno relajado, rodeados de naturaleza y al aire libre, lo que genera múltiples estímulos y hace que el paciente se encuentra realizando la terapia sin que sea consciente de ello.
Todos los caballos de terapia deben cumplir unas características especiales de conformación, movimiento, altura, edad y temperamento. La correcta elección del caballo es fundamental para el éxito de la terapia.
El bienestar del caballo de terapia
Los caballos son al fin y al cabo los protagonistas de la terapia. Se merecen el máximo cuidado por nuestra parte y por ello en AL PASO estamos muy concienciados con su salud, tanto física como mental.
Protocolo de bienestar animal AL PASO
- Alimentación. Adecuada al trabajo realizado y a la edad.
- Espacio. Vida en libertad en manada respetando su instinto gregario.
- Veterinario. Desparasitación y vacunas al día.
- Herrador. Cada mes y medio para revisión, recorte de los cascos y herraje (algunos de nuestros caballos están descalzos y otros llevan herraduras)
- Dentista. Mínimo una vez al año y realizado por un veterinario especializado.
- Rehabilitación. Mínimo dos veces al año valoración del estado del caballo y tratamiento de fisioterapia realizado por un veterinario especializado.
- Entrenamiento. Basado en el entrenamiento físico y en el entrenamiento específico para la terapia.
- Trabajo. Adecuado a sus capacidades, con tiempos de descanso entre sesiones y días libres.
- Peso soportado. Peso máximo de 80 kg en función de sus capacidades.
- Jubilación: Nuestros caballos jubilados viven en condiciones óptimas en Guipúzcoa gracias a nuestro amigo Íñigo y en Ávila gracias a nuestro amigo Fran. Ambos son personas con más de 30 años de experiencia en el mundo del caballo, que se encargan de sus cuidados.