¿QUÉ CUALIDADES TIENE QUE TENER EL CABALLO DE TERAPIA?

Antes de hablar de cómo tiene que ser un buen caballo de terapia, es importante explicar ciertas cuestiones que influyen en su comportamiento y que hacen que ciertas reacciones y comportamientos que pueden tener los caballos parezcan incorrectas pero que son instintivas y hay que tenerlas en cuenta durante las sesiones de terapia:

1.- INSTINTO GREGARIO Y DE HUÍDA:

El caballo vive en manada y son muy sociables. Esto provoca que cuando se sienten en peligro el único mecanismo de defensa que tiene es la huida en grupo. Por esto tienden a correr o ponerse nerviosos cuando escuchan a otros caballos trotar o galopar a lo lejos. Durante las sesiones de terapia hay que tener esto en cuenta y estar muy atentos de lo que ocurre a nuestro alrededor.

2.- LOS SENTIDOS:

Tenemos que conocer los sentidos de los caballos para poder entenderlos y saber lo que les ocurre o puede suceder y así anticiparnos a sus reacciones.

VISTA

Tienen los ojos en los laterales (Visión periférica). No tienen visión frontal, así que hay que tener especial cuidado durante las sesiones con las zonas ciegas del caballo: delante de la cara, detrás de sus posteriores y debajo de la tripa.

Si durante las sesiones de terapia se les presenta los materiales de trabajo por delante de su cara, lo más seguro es que se asuste y levanten la cabeza bruscamente o incluso reculen para alejarse del peligro.

Tampoco tienen percepción de profundidad por eso podemos encontrarnos con algunos caballos que no se atreven a pasar por los charcos o no se quieren subir a los camiones.

OÍDO

Lo tienen muy desarrollado, pueden oír hasta 5Km de distancia. Si vemos que de repente sube la cabeza y se queda atentamente mirando a un puno puede ser que esté atento a algo que escucha. En estos casos también estaremos alerta por si fuera algo que desemboque en una reacción de huida.TACTO

Son animales muy sensibles por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de enseñar a los voluntarios el manejo del caballo para que no vayan tirando de la boca continuamente. Para evitar esta situación en la que el caballo puede llegar a terminar mordiendo, nosotras hemos optado por utilizar cabezada de doma natural.

OLFATO

Tienen muchos receptores y son capaces de detectar olores tóxicos, de los depredadores….

LA CORRECTA ELECCIÓN DEL CABALLO

Escoger al caballo más apropiado para cada caso es fundamental para lograr todos los beneficios de la equinoterapia. Será elegido en función del tipo de sesión, objetivos que queremos trabajar en ella, afectación del paciente, etc. Pero todos los caballos deberán cumplir unas características:

Conformación: La correcta conformación del caballo determinará su patrón de movimiento, fundamental para el éxito de la terapia ecuestre.

  • El caballo debe de ser simétrico. Caballos cojos y con determinadas dolencias no son adecuados para la terapia.
  • Buen tono muscular. Una mala musculatura puede ocasionar lesiones sobre todo en el dorso. Caballos muy mayores no suelen tener buena musculatura por lo que habrá que valorar si con un buen trabajo puede mejorar su musculatura y habrá que ver qué tipo de pacientes son los más aconsejables para ese caballo.
  • Flexibilidad y fortaleza del dorso. Un dorso en malas condiciones provoca lesiones y dolor en el caballo de terapia.
  • Amplitud de movimientos. Una buena transmisión del movimiento es importante sobre todo para casos en los que el objetivo sea trabajar a nivel motor.

Movimiento:

  • Rectitud en el movimiento. Para evitar desequilibrios y evitar inseguridad encima del caballo.
  • Impulsión. Es importante que tenga buena impulsión para que transmita bien el movimiento y el jinete se beneficie de él a nivel motor. Además una pobre impulsión en casos de autismo puede generar aburrimiento y desconexión del paciente.
  • Si el caballo está bien trabajado, una buena amplitud favorece la impulsión y por lo tanto el movimiento.
  • Ritmo. Es importante que el ritmo sea regular.

En función del caso y de los objetivos que queramos para cada día podemos ir modificando el movimiento del caballo.

Altura: dependerá del tipo de sesión que queramos realizar.

  •  Cuando el terapeuta trabaja pie a tierra lo ideal es que la altura de la cruz del caballo no supere los 1,50-1,60 metros. También se puede trabajar con poni C que posea buena impulsión y conformación adecuada.
  •  Si el caballo es utilizado para monta gemela interesa un caballo de mayor altura y fortaleza para ser portador de dos personas a la vez.

Edad: dependerá del entrenamiento del caballo y su temperamento pero se aconseja utilizar caballos de edad avanzada, como mínimo mayores de 8 años.

Temperamento: seleccionaremos caballos tranquilos, sociables y dóciles, que no se asusten con facilidad ante posibles reacciones de los pacientes ni del material usado en la terapia.

  • Tranquilo
  • Manejable
  • Sensible

NO DEBEMOS USAR UN CABALLO…

  • Con vicios: cocear, morder, manotazos
  • Especialmente MIEDOSOS
  • Que ha demostrado ser “PELIGROSO” por diversas causas en la sesión

Un aspecto clave para garantizar la salud de nuestro caballo de terapia es el correcto cuidado, manejo y entrenamiento. ¡¡¡Pero de eso ya hablaremos otro día!!!